ENTREVISTA
Phil Selway, el baterista de la increíble Radiohead, estrena su tercer disco ‘Strange Dance’, hablamos con él
El nuevo trabajo discográfico del británico está lleno de música envolvente y reflexiva, y en él encauza todo lo experimentado existencialmente en días de pandemia, en solitario y en familia. Desde Oxford, esto nos dijo el músico.
Integra una de las bandas más famosas del planeta, pionera en romper moldes y desligarse de expectativas para entregar música siempre genuina. Desde esa faceta, Phil Selway es una figura de talla mundial. Pero, a la vez, es un ser humano tremendamente cálido y un músico que trasciende ese rol específico de ser baterista en Radiohead. Eso ha demostrado en el pasado con varios trabajos en solitario y eso volvió a hacer durante este hiato de actividad de la famosa agrupación marcada por una pandemia que pateó el tablero de la humanidad.
Sus colegas Thom Yorke y Jonny Greenwood sacaron música con su proyecto The Smile, que se relaciona mucho más directamente con Radiohead desde su sonido. Y ahora Selway suma a este multiverso de producciones musicales valiosas con su nueva producción, Strange Dance, un disco de diez temas que desde su producción, instrumentación, voces (suyas) y espíritu, respira profundo y habla desde los 55 años de edad que tiene su creador y ya no pretende ocultar. Al respecto del disco, en el cual dejó la batería en manos de una talentosa italiana, el británico habló con SEMANA desde su casa cerca de Oxford.
SEMANA: ¿Algo que recuerde de su visita a este país en 2018?
P.S.: ¡No fue hace tanto tiempo! Recuerdo que fue nuestro último show de esa gira. Ese festival (Soundhearts Festival) fue fantástico. Tuve que adaptarme a la altura, me dio algo de mareo, pero, aparte de eso, la de absorber Bogotá fue una experiencia hermosa. Recuerdo la recepción de la gente, asombrosa. Es una memoria que me viene fácil, que llevo conmigo, fue un momento muy divertido y espero que podamos regresar y hacerlo todo de nuevo.
Lo más leído
SEMANA: La pandemia cambió perspectivas, ¿cuánto han cambiado las suyas?
P.S.: Mucho, creo yo. A nivel personal, mis hijos han crecido, y como familia vivimos juntos esa experiencia de la pandemia, para bien y para mal. A nivel profesional también se ha sentido. La vida de Radiohead entró en otra fase, y nos dedicamos a hacer nuestros proyectos. Hace poco hablaba con mi mujer, y le dije que me sentía mucho más viejo hoy de lo que me sentía en 2019. ¡Y es que ha habido tanto para procesar! Tantos elementos conflictivos por reconciliar. Para mí, eso alimentó este nuevo disco. Y su título de Strange Dance se refiere mucho a ese proceso de tratar de unir o sintetizar estos elementos de la vida aparentemente irreconciliables.
Deje sonar el trabajo mientras navega esta entrevista
SEMANA: Los días extraños inspiran este muy lindo trabajo. Cuéntenos de ese proceso...
P.S.: Es paradójico, porque en ese duro periodo viví la experiencia maravillosa de hacer este disco, en el que participó un dream team de músicos con quienes he trabajado en mis proyectos en solitario, con quienes he construido una relación a lo largo de una década, y todos aceptaron. Tuve mi periodo inicial de alejarme de todo y encerrarme en el estudio para asegurarme de que las canciones se paraban solas. Y cuando llegó la hora de grabar, ya se estaban tranquilizando un tanto las cosas en cuanto al distanciamiento. Aun así, la pandemia dictó mucho cómo trabajamos esos días. Quizá por eso, en estas sesiones había un sentido muy real de gratitud, de estar ahí haciendo música juntos cuando en 2020 parecía que eso no volvería a suceder. Viví el gozo de hacer música con algunos de mis músicos favoritos dándole vida a un trabajo que venía gestándose en mi cabeza hace un buen tiempo.
SEMANA: Su música expresa angustias desde un prisma de belleza y sensibilidad. ¿Qué quería hacer y qué consiguió?
P.S.: En principio, creo que apuntaba a crear un paisaje sonoro en el que estas voces musicales, desarrolladas y fuertes, pudieran coexistir. Pero fue un esfuerzo muy colaborativo. Los músicos llegaron con la cabeza abierta y creativamente fueron muy generosos. Todos nos escuchamos y nos alimentamos de cada uno en lo que tocamos. Yo quería hacer un disco que envolviera al oyente, en el que se sintiera en el medio, en el que casi viviera dentro. Esto para darse una oportunidad de reflexionar sobre sus propias experiencias y sus narrativas. Y la colaboración en el estudio estableció ese deseo.
SEMANA: La mayoría de sus colaboradores son mujeres, ¿balancea así la energía masculina de Radiohead o no lo pensó tanto?
P.S.: Es una observación muy buena, y creo que hay algo de eso. Aquello que impulsó el camino fue el recorrido juntos, esas relaciones musicales que son las experiencias más ricas que he vivido en estos diez años. Siempre es bueno apuntar a un balance en géneros, en otros temas también, a nivel general y en la vida musical. Radiohead es un ambiente maravilloso, maravilloso del cual formar parte y en el cual trabajar, pero, como mencionas, es muy masculino. Y creo que este paso era necesario para continuar con mi desarrollo musical. Me parece positivo equilibrar en este trabajo ese balance.
SEMANA: Si tuviera que quitarle la música a su obra y entregar una de estas canciones como un poema, ¿cuál escogería?
P.S.: ¡Qué pregunta! Creo que iría probablemente con todas, ¡desplegaría entera toda la antología de poesía! Strange Dance sería una, puramente por el hecho de que guarda la idea central. Con tu pregunta recuerdo ese punto en el proyecto en el que armábamos el arte, y concebimos todo un box set de mi trabajo con las bandas sonoras y con las fotografías que acompañan esos sonidos. Y también incluye un libro de letras, y abrirlo y ver cada letra en su página me produce una sensación hermosa. ¡Lucen como poemas!
SEMANA: ‘Little Things’ abre el trabajo con un llamado a la acción a no creer a quienes mienten sin reparo. Háblenos de esa pista...
P.S.: Esta canción significó el punto de partida para el trabajo, como la idea más desarrollada, a la que le di forma primero, y mucho del espíritu inicial de la canción aún persiste. Incluso, en esa toco batería. En el aspecto lírico, la canción lidia con la experiencia que vives cuando alguien te ha hecho gaslighting (un tipo de abuso emocional en el cual la víctima es manipulada de tal manera que llegue a dudar de su propia memoria, juicio o percepción). Y de eso ha habido muchísimo en estos últimos años. Recuerdo que esa letra cayó en su lugar muy rápidamente y marcó un tono de honestidad emocional para todo el trabajo.
Esa canción también reúne todos los distintos elementos musicales del álbum. Se siente como cuando vas a ver un espectáculo musical, y en la obertura te presentan muchos de los temas que verás luego. Esta es la obertura a este disco, con arreglos expansivos en instrumentos de metales, con arreglos de cuerdas y que alcanza momentos que son muy íntimos. Todo el rango está ahí, y adoro la manera en la que despega al final.
SEMANA: De la primera a la última pista hay una unidad que se entiende en el camino, todo cae en su lugar…
P.S.: Hablando sobre esto me siento de nuevo en el estudio, cuando grabábamos esas secciones de cuerdas y metales. Vivir eso es sobrecogedor. En eso has trabajado tanto, por tu cuenta, en un proceso pequeño para el resto, pero enorme en tu cabeza, así que poderlo escuchar en este contexto, con estos músicos increíbles tocando, no deja de ser muy emocionante.
SEMANA: Hablando de la canción que da título al disco, Strange Dance parece tener una cadencia diferente, es una danza extraña dentro del disco mismo...
P.S.: Y tomó un tiempo en realizarse. Originalmente venía con guitarra acústica y voz, así me vino la idea hace unos 20 años. Se desarrolló como una balada de piano, al inicio de la grabación, y era bella. Pero cuando me senté con Valentina Magaletti, quien hizo las baterías y percusión en el trabajo, acordamos en desestabilizarlo un poco. Y le sugerí “algo como de Tom Waits en la era de Bone Machine”, y ella supo exactamente cómo reaccionar. Entregó una pista de batería increíble, que terminó siendo la cama desde la cual se construyó el resto de orquestaciones extrañas y maravillosas. El fantasma de esa balada de piano aún está ahí, pero el piano se ha ido, la estructura no. De todas las pistas, esta tuvo el proceso más largo e impredecible. Estoy muy orgulloso de ella. Suena a ella, suena como nada más, y darle su propia identidad fue fantástico.
SEMANA: El trabajo visual juega, ya habló del box set, y el video “Check for Signs of Life” guarda una candencia ceremoniosa en blanco y negro... cuéntenos de él…
P.S.: Compuse una pieza de danza (con la Rambert Dance Company), aquí en el Reino Unido, hace unos diez años. Y esta se presentó por unos cinco años, y así armé relaciones fuertes con los bailarines. Y un par de ellos participan en el video, Simone Damberg Würtz y Liam Francis. Y con ellos hablamos sobre hacer un proyecto juntos, y este se sintió como el natural, desde mi punto de vista. Aborda una conversación entre seres pasados y futuros. Y para lograrla sumamos a un par de bailarines icónicos, Siobhan Davies y Kenneth Olumuyiwa Tharp, y en mi cabeza nació esta imagen de esta cuarteto de bailarines como exploración de ese diálogo. Todos son bailarines consumados, y trajeron una verdadera riqueza, equilibro y complejidad al trabajo. Se ven genial juntos. En lo que corresponde a la coreografía, es hermoso que desde los pequeños gestos dan pie a narrativas maravillosas que corren con la letra y en paralelo. Se sienten las chispas. Trabajar con ellos fue increíble.
SEMANA: Antes de dejarlo, dos preguntas rápidas: ¿ha visto alguna película de la temporada de Premios Óscar?, ¿Radiohead hará nueva música?
P.S.: Tár está nominada y la vi la semana pasada. Me pareció muy buena. Cate Blanchett es fantástica. Sobre Radiohead, en este momento hablamos de planes futuros y sobre cómo los haremos funcionar. Por ahora, disfrutamos cada uno de los proyectos por fuera de la banda. Hay un diálogo en curso entre esas dos facetas, y me emociona la idea de volver a hacer música juntos.